Cuando uno piensa que en estos lares la política no puede ir a peor, nuestros políticos se encargan de recordarnos cuán equivocados estábamos. Si hasta hace poco estaban a vueltas con la reforma laboral, ahora el debate se centra en los abucheos a ZP durante el desfile del día de la Hispanidad (desde cuándo dejó de ser el día de España?).
Según el PSOE y medios afines, el martes nuestro presidente sufrió un ataque verbal al más puro estilo "El martirio de San Esteban" y que, además, coincidió con momentos "sensibles" de la fiesta. Desde el bando contrario (PP y medios correligionarios), lo que ocurrió fue el resultado de juntar la libertad de expresión con el cabreo mayúsculo de un sector bastante numeroso (y al parecer también ruidoso) de nuestra sociedad.
Tanto unos como otros puede tener razón en sus argumentos. Pero lo que no se puede hacer es intentar acotar mediante normativas o manuales de comportamiento las reacciones que cada uno pueda tener en estos escenarios. Para bien o para mal, aquí hemos crecido con la idea de que cada uno puede decir lo que quiera, a quien quiera y en cualquier situación. Será bueno o malo, justo o injusto, educado o maleducado... eso queda a opiniones individuales.
Es evidente que hay mucha tensión en el ambiente. Tensión que viene creciendo como una bola de nieve desde hace tiempo.... desde que estas situaciones "venden" para los medios de comunicación y crean a su alrededor contertulios vampíricos con ganas de sangre, desde que la educación dejó de ser materia de aprendizaje obligado y pasó a ser una "maría" cualquiera como la clase de música en mis años de EGB, desde que los años de bonanza y vacas gordas se esfumaron y volvimos a la realidad de un país que no había llegado a ser lo que nos habían vendido que era.
Señora (o señorita?) Chacón: menos normativas y más reflexión, menos propuestas para-portadas y más decisiones para-ciudadanos, menos discursos victimistas y más reconocimiento de errores.
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