Dentro de nuestro plan de viaje, teníamos marcados dos puntos gordos de "veraneo", entendiéndose como tal a un período de inacción, de descanso, relax, darse unos baños y tomar el sol para poder recargar las pilas con vistas a nuevos destinos más ajetreados. Uno fue la costa del mar negro en Bulgaria; el otro, el lago Balatón en Hungría.
Con casi 80km de largo, el lago Balatón es la mayor extensión de agua dulce del centro de Europa. Un magnífico entorno natural que, en verano, se convierte en un avispero de turistas con ganas de vacaciones. Dependiendo del lugar del lago, existen varias alternativas para disfrutar esta zona.
Por un lado Siofok, también conocida como la "Ibiza de Hungría". Sin duda este sobrenombre y lo que significa (resorts sobreocupados con paquetes familiares de pensión completa, fiestas, raves, juerga hasta las tantas, etc...) no nos atrajo mucho desde el principio, así que decidimos pasar de largo de esta parte del lago en nuestro viaje en tren desde Budapest; sólo paramos aquí para salir en dirección a Rumanía (con parada en Szegen). Por otro lado, están los que gustan recorrer toda su extensión en bicicleta y plantar la tienda de campaña en sus numerosos campings al lado del lago, que unido con el calor y la humedad reinante hacen una combinación perfecta para tener interesantes "veladas" con animosos mosquitos y abejas locales.
Por último, estamos los que preferimos elegir un destino más tranquilo y pernoctar en alguna de sus numerosas pensiones. Nosotros nos decantamos por Kezsthely, un pueblecito en la esquina más suroeste del lago; además de tranquilo (incluso excesivamente tranquilo por no decir por las noches algo muerto la verdad), su ubicación era perfecta para visitar en coche la ciudad de Pecs, de la que os hablaré en otro capítulo. Aquí conseguimos habitación en la cómoda pensión Tokajer, formada por tres casas de tres plantas cada una y dirigida por una amable pareja local. La mujer hablaba un inglés cómico y limitado pero suficiente para lo que necesitábamos. Aparte de la habitación y la conexión wi-fi a internet (uno de los mejores inventos de la historia junto con los smartphones), también nos explicó todas las facilidades y servicios a coste cero como las bicis, el billar, la mesa de ping-pong, las saunas y los jacuzzies. Un lujo que desgraciadamente apenas pudimos disfrutar el primer día porque en los dos siguientes no paramos. Pero esto daba una idea clara de lo que se puede hacer en una semana por aquí: disfrutar de la naturaleza, ocio y relax.
Después de alquilar nuestro coche (todavía me pregunto como fuimos capaces de entendernos con una farmacéutica que solo hablaba húngaro y alemán....), el primer día salimos a visitar la parte este del lago. En esta zona son famosos los pueblos de Tihanny y de Balatonfured. El primero está situado en una península con forma de lengua que entra en el lago, permitiendo el cruce del mismo en ferry y en poco tiempo. Por aquí pasamos sin pena ni gloria, ya que la parte más fotográfica del mismo estaba ocupada por un resort privado. Sin embargo, sí que pudimos disfrutar de Balatonfured. Aquí pudimos caminar por su renovado paseo "marítimo" al más puro estilo "Puerto Banús", con veleros de gama alta y cafés chic, así como decenas de puestos y tiendas para practicar el "shopping". Después de disfrutar de un buen café helado y ver a los glotones cisnes de la zona, regresamos para disfrutar de unas horas de baño en los baños termales de Heviz. Al norte de Kezsthely, su joya turística es un lago natural creado por un cráter y con un manantial en su parte inferior que expulsa nada menos que 80 millones de litros de agua caliente al exterior. No es una broma, pero tanto el agua como el barro depositado abajo son ligeramente radioactivos. Esto es incluso una de las razones que hayan hecho a este sitio un atractivo para tratamientos médicos naturales contra varias condiciones médicas (huesos, etc....).
El último día lo dejamos para visitar la ciudad de Pecs. Cuna del florecimiento del cristianismo en el s. IV d.C en estas tierras así como de la primera universidad húngara, también fue bastión importante del Imperio Otomano cuando dominaba estas tierras. Una imagen muy clara del paso de religiones y culturas es su iglesia-mezquita situada en el centro de la principal plaza de la ciudad. Reformada durante siglos de gobierno por distintos bandos, desde hace años ha sufrido una última renovación para dejarla con su planta inicial, su techado interior exquisitamente decorado y un toque en la parte exterior del mismo con una luna y una cruz. Siendo optimistas, podemos decir que es un buen ejemplo de la alianza de civilizaciones.
Sin embargo, la lluvia no nos dejó disfrutar demasiado de las atracciones de la ciudad de Pecs. Pero hay que reconocer que en este viaje la lluvia nos ha tratado realmente bien. Como si estuviéramos escapando de ella, sólo nos encontró en nuestro viaje de Rumanía a Bulgaria y aquí; es decir, dos días lo cual realmente es una suerte teniendo en cuenta todo el tiempo que hemos estado viajando.
1 comment:
Para los viajeros esta bueno conocer diarios de viajes y experiencias de otros, porque nos ayudan a decidir sobre nuestras vacaciones. Como muchos amigos me habían recomendado que saque Pasajes a Punta Cana lo he hecho, y espero pasarlo muy bien allí
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