Wednesday, August 3, 2011

Cuaderno de viajes: Verano 2011 - Dia 15 - Budapest

Budapest, Buda y Pest. Tres ciudades en una.

Budapest es la capital de Hungría y núcleo urbano principal del país. También centro político y administrativo. Con una población de más de millón y medio de habitantes, es la ciudad de este viaje por Europa del Este que más ha destacado por varias razones: por sus avenidas, parques y edificios, sus baños termales, su estilo, su historia, el alojamiento y la comida que hemos disfrutado también. Después de dos semanas de viaje por países con un "exotismo" propio como Bulgaria y Rumanía (para lo bueno y para lo malo), llegar a Hungría ha sido como reencontrarse con estilos de vida más parecido a lo que estamos habituados en Madrid, más occidental. Probablemente haya sido una buena elección llegar aquí como último destino del viaje, como una manera de ir recobrando la rutina diaria.

Buda es una ciudad separada de Pest no solamente de manera física por el Danubio sino también por un cierto toque Oriental. Parece que es la que mejor ha conservado la semilla depositada por las tribus mongolas de los unos o por el Imperio Otomano. Este estilo no-occidental se conjuga con un aire bohemio que le dan sus edificios algo menos exuberantes y sus pequeñas calles alrededor del lugar más histórico de la ciudad, el castillo de Buda. Situado estratégicamente en la colina más cercana al Danubio, alberga unas murallas y miradores muy bien conservados así como la imponente iglesia de Matthias (a la que no pudimos acceder porque estaba reservada para un concierto que se iba a ofrecer esa misma tarde) y la mole de cemento que es el antiguo palacio real, ahora transformado en museo de Arte y de Historia. Desde aquí se accede a vistas interesantes de la ciudad, tanto del río y del lado de Pest como de las colinas de Buda, el pulmón verde (pero urbanizado) de la ciudad. Sin embargo, para los que este artículo os esté animando a visitar la ciudad, un consejo: no os quedéis solamente con las vistas desde el castillo y animaros a subir a la antigua ciudadela de la ciudad. Está situada en una colina más elevada que la del castillo, justo después de un parque con un paseo empinado pero muy entretenido (también hay bus y taxi). Aquí están sin duda las mejores vistas de la ciudad, una panorámica de casi 360º con conjunto arquitectónico dedicado a La Libertad y desde la que se puede divisar perfectamente toda la capital, junto con la inmensidad del río Danubio.

Por último, la ciudad de Pest. Epicentro político con su magnífico edificio del Parlamento de Hungría, es sin duda la parte más urbanita y "fashion" de la ciudad. Sus amplias avenidas y sus edificios de aire burgués le dan un aspecto más organizado y ecléctico. Un lugar que tiende mucho a ciudades más occidentales como París y Londres. Dispone de una gran variedad de centros de ocio, calles peatonales de compra de artículos de todo tipo (eso sí, muy pobre en la parte de souvenirs) y una gran variedad de restaurantes, cafeterías y locales de fast-food. Como principales monumentos, aparte del Parlamento, alberga la gran basílica de Szet Isván (San Iván?) así como el barrio judío y la Gran Sinagoga. También nos ha albergado a nosotros, dicharacheros viajeros con botas de montaña y cara (y olor) de no haber parado en varias semanas. Aquí es donde hemos encontrado sin duda el mejor acomodo de todo el viaje, en el hostal Kapital Inn. Una perla en Pest regentada por Albert, un joven húngaro con un perfecto inglés y muy detallista en todo lo que sea para sentirnos a gusto en su casa. Totalmente recomendable para parejas con ganas de una escapada por esta ciudad. El hotel se encuentra a unos metros del Instituto Cervantes (mera pero divertida coincidencia) y de una de las estaciones del metro, conectada directamente con las estaciones de bus y tren que nos han servido para conocer los alrededores de la ciudad. También se encuentra cerca del edificio (con el clarificador nombre de Museo del Terror) dedicado a las víctimas del telón de acero que aisló al país y a sus habitantes durante cuatro décadas. También se encuentra un pedazo del muro de Berlín y, muy cerca, la cafetería Lukacs que en su día sirvió de cuartel general de la temible policía política del país.

Después de cuatro días y tres noches termina nuestra visita a Budapest. Tres ciudades en una, tres maneras de entender la vida, tres formas de describir un destino que sin duda nos ha enganchado y al que seguramente volveremos (una escapada de fin de semana con alguna oferta de billetes vale mucho la pena). Budapest, la capital de un país, Hungría, que ha decidido tristemente olvidar la influencia histórica de Asia y que se dirige irremediablemente hacia un estilo de vida más occidental. Nunca es buen olvidar tus orígenes porque así pierdes tu identidad, pero parece que es la opción que han elegido.

Por último, un rápido listado de lugares a visitar la próxima vez que volvamos (99,9% seguro):

- Museo de Arte e Historia

- Paseo en bicicleta por la isla de Margaret

- Barrio judío y Gran Sinagoga

- Iglesia de Matthias

- La casa del terror

- Cafetería Lukacs

- Colinas de Buda

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